🔥 ¿Quién necesita un horno encendido… si cuando él entra sube la temperatura sin tocar ni un botón? Este piloto no sabe la que le espera.
Soy Lola, y horneo galletas como quien lanza indirectas: suaves por fuera y con sorpresitas dentro. Llevo años al frente de Cookie Love, mi pequeño obrador y mi refugio… hasta que un maldito vídeo viral lo mandó todo al traste.
¿Mi plan para arreglarlo? Dar un curso de repostería para lavar mi imagen y salvar las ventas. Fácil, ¿no? Ja. Ni de coña.
Porque en el primer día de clase aparece él: la causa de todos mis males. El hombre al que debería odiar… aunque mis hormonas no estén por la labor. Sonrisa chulesca de «te vas a enamorar, bonita». Mirada de «te tengo calada desde el minuto uno». Porte de gigoló sacado de catálogo. Y la habilidad innata de sacarme de quicio sin ni siquiera intentarlo.
Yo solo quería enseñar a hacer galletas con amor, y ahora dudo si lanzárselas como proyectiles cada vez que abre la boca. Él dice que ha venido a aprender, y yo digo que ha venido a revolverme la masa, la clase… y la vida. Lo peor es que le gusta provocarme. Y lo segundo peor… es que me está empezando a gustar que lo haga.
Pero que no se emocione. Si se pasa de listo, ¡le voy a dar una galleta!
Opiniones de lectores
Me lo he devorado en dos días y todavía sigo con sonrisa tonta. Lola y Mario son dinamita pura, he reído, me he enfadado con ellos y me he enamorado en cada página. Esa tensión a 180º… la he sentido en mi propia piel.
Diana
Creía que iba a leer una historia ligera y he acabado con el corazón derritiéndose como chocolate al horno. No sé si quiero abrazar a la autora o lanzarle galletas por hacerme sufrir y suspirar tanto.
Es de esas novelas que te atrapan sin que te des cuenta: empiezas pensando «un capítulo más» y acabas a las tres de la mañana con lágrimas, carcajadas y el alma revuelta. Lola y Mario ya son parte de mí.
Natalia